Adictos a la escritura: Primera línea
¡Hola a todos!
Este mes en Adictos tocó una actividad muy divertida, tomar la primer línea de un libro y escribir una historia en base a eso.
Ya que rindo mañana (¡¡deséenme merde, por fis!!) no iba a participar, pero no me resistí e hice algo cortito.
Todo empezó cuando me pregunté, ¿si participara que primera línea elegiría? Y vino Amadeo, me estampó su libro en la cara y me dijo "¡Me elegís a mí!", no pude decirle que no (también pueden leer eso como: la primera línea que se me vino a la mente fue la de Armand el vampiro de Anne Rice y esa elegí porque ARMAND. Fin.)
No estaba en su naturaleza curiosa detenerse a pensar antes
de actuar, menos ante un desafío.
¿Y ese fue el relato de este mes! :3
No sé si me encanta como quedó, pero sí tiene muchos elementos que me gustan. Además genera algunos interrogantes cómo quién es el loco del gancho y qué hace ahí. Yo tampoco sé eso, y no sé si quiero descubrirlo.
¡Muuuuuuuuy buen miércoles para todos! :)
Este mes en Adictos tocó una actividad muy divertida, tomar la primer línea de un libro y escribir una historia en base a eso.
Ya que rindo mañana (¡¡deséenme merde, por fis!!) no iba a participar, pero no me resistí e hice algo cortito.
Todo empezó cuando me pregunté, ¿si participara que primera línea elegiría? Y vino Amadeo, me estampó su libro en la cara y me dijo "¡Me elegís a mí!", no pude decirle que no (también pueden leer eso como: la primera línea que se me vino a la mente fue la de Armand el vampiro de Anne Rice y esa elegí porque ARMAND. Fin.)
El último párrafo me rompe el corazón D: |
En el altillo
Decían que una niña había muerto en el último piso. Que
había desobedecido a su madre y trepado al altillo. Que el loco del gancho la
había sorprendido en cuanto su cabeza asomó por la puertilla. Que se había
desangrado en el suelo, y que esa mancha ocre en las tablas del techo del
pasillo era lo único que quedaba de ella.
Cosette ya no era una niña y de ninguna manera creería esos
cuentos para asustar a los críos. Y sin embargo… estaba inquieta. Mientras
subía la escalera, con mucho cuidado de no pisarse las enaguas y, por sobre
todas las cosas, cuidando no parecer insegura ni dubitativa, su corazón rugía
en su pecho y hacía eco en sus oídos impidiendo que oyera más nada que sus
propios latidos.
–¡No te atreverías! –habían sentenciado las gemelas mientras
su mente vagaba por las nubes densas que cubrían las montañas, y se perdía en
la llovizna que azotaba al desapacible día fuera de la sala de dibujo. A pesar
de su ensimismamiento, tenía la leve noción de que acababa de regañarlas por no
estar haciendo los deberes y estar peleando sobre si el loco del gancho de la
leyenda vivía o no en su propio altillo. Les había asegurado de que allí arriba
había solo ratas. Entonces la habían desafiado a subir.
¿Qué no se atrevería? La fuerza de sus catorce años de
repente fue más fuerte que su orgullo de hermana mayor al mando. Y encontró,
por fin, la excusa que toda la vida había esperado para subir al altillo y echar
un vistazo.
Sus hermanas abrieron los ojos como platos, súbitamente
calladas, cuando les anunció que subiría para que “se dejaran de tonterías
y volvieran a sus tareas”. De repente se vio reflejada en ellas, y no solo por
las pecas en sus mejillas ni en el naranja furioso de sus cabellos. La
incertidumbre de las pequeñas fue suya una vez anunciada su decisión. Pero
ningún miedo infantil la detendría.
«Tonterías». Subió
un escalón.
«Algo habrá en el
altillo que no quieren que veamos». Varios más.
«¿Reliquias familiares
o simplemente mugre? No olvides la enagua, o no será necesario ningún gancho si
te tropiezas y caes»
«¿Pensaría la niña
mientras subía en no pisar su enagua? ¿Sospecharía que iba camino a la muerte?
¡Tonterias!»
Miró desafiante a sus hermanas desde la altura y empujó la
portezuela. Contuvo la respiración un momento y asomó dentro… para encontrar
solo una gruesa capa polvo. Rio a carcajadas con satisfacción y se dio el gusto de sacarle la
lengua a las pequeñas que aguardaban angustiadas, arrepentidas de haber desafiado
a su hermana.
-¡Solo polvo, tontitas! –rio. Se irguió sobre sus brazos y
entró.
No reparó en la mano que se ofreció a ayudarla, solo un
brillo metálico captado por el rabillo del ojo, un jadeo de sorpresa, un último
suspiro. Un ruido sordo y dos pequeñas gritando despavoridas mientras la mancha
de sangre de las tablas del pasillo volvía a cobrar el rojo vibrante con el que
había llegado a la vida.
Decían que una joven había muerto en el último piso…
¿Y ese fue el relato de este mes! :3
No sé si me encanta como quedó, pero sí tiene muchos elementos que me gustan. Además genera algunos interrogantes cómo quién es el loco del gancho y qué hace ahí. Yo tampoco sé eso, y no sé si quiero descubrirlo.
¡Muuuuuuuuy buen miércoles para todos! :)
19 comentarios
Buena entrada :)
ResponderEliminarEstá genial! Justo lo que uno quiere leer en un día nublado y fresco. Amo las historias con interrogantes, siento que generan la sensación de una "historia sin fin" :3 Besos!
ResponderEliminar:O Excelente entrada! Yo te aconsejaría que descubrieras quien es el del gancho!
ResponderEliminarLo de las enaguas me causó entre gracia y enojo feminista: a un niño ni se le hubiera ocurrido. Grrrr.
ResponderEliminarCorto y bueno. Saludos.
* Clap clap clap * Muy bueno! Esta descripción me gustó mucho: "y no solo por las pecas en sus mejillas ni en el naranja furioso de sus cabellos"
ResponderEliminarSinceramente muy bueno!!
ResponderEliminarMe gustó mucho y aunque no soy muy fanática de los cortos justamente por esto del final abierto que me deja golpeándome la cabeza con la mesa ha sido bueno. Gracias por compartirlo =)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy bueno!
ResponderEliminarMoraleja: No vayas al altillo xD
Saludos!
Muy lindo! muy intenso y clasico! Saludos.
ResponderEliminarMeli tiene mucha imaginación y la desborda siempre que escribe. Me alegra no tener altillo.
ResponderEliminarMuy breve, pero bastante aterrador.
Felicidades: Doña Ku
El loco del gancho me ha dejado intrigadilla. ¿Cómo es que seguía en el mismo lugar donde se había formado su leyenda?
ResponderEliminarPD: Me encantan las CV de Anne Rice, Armand es de mis favoritos.
Me ha encantado el relato, muy imaginativo y que mantiene la intriga en todo momento, también me ha encantado la forma en que escribes, especialmente el primer parrafo me parece sublime.
ResponderEliminarUn abrazo!
Dios qué miedo el final, no me esperaba para nada que al final resultase ser verdad. Me ha gusta la forma de narrar que me ha introducido por completo en la historia. ¡Un beso!
ResponderEliminarMe ha gustado que recuperase el color la mancha, porque así parece como que fue su propia muerte la que inició la leyenda. La mancha podría estar ahí como testigo y como advertencia a la propia chica para avisarla lo que le iba a pasar si subía. Algo así como un suceso del futuro que se muestra en el pasado. Y con esto desvarío y me meto en viajes y paradojas temporales... La duda que me queda es de que se alimentaría el loco del gancho...
ResponderEliminarUn abracete
Antonio V. García.
un relato muy bueno! me has dejado con la intriga hasta el final y este ha sido épico :D muy imaginativa la historia y muy sorprendente.
ResponderEliminarPd: menos mal que no tengo atillo, vaya a ser que hubiera alguien con un gancho... jajaja
A mí me gustan los relatos que no lo dicen todo, que dejan más a la imaginación que lo que dicen claramente. Así que si alguien te ha dicho "tienes que seguirlo" ingóralo, porque no sería una buena idea, jaja
ResponderEliminarMe gustó el relato, y me gustó recordar a Armand, el último libro de las crónicas que he leído hasta ahora.
Besos!!
Este relato revive traumas de la infancia.
ResponderEliminarLeí lo del loco del gancho y me acuerdo cuando era chiquita y no me dejaban ver las pelis de Candyman y mi hermana más grande me hacía un gancho con uno de sus dedos queriendo asustarme.
Cuando vi que había gemelas adiviné antes de tiempo que eran coloradas!
Es genial y aaaaaah tengo que seguir leyendo los vampiros de Rice... me falta mucho para Armand (el último que leí fue el de la Reina madre tirana y despechada... digo, el de Akasha)
Pobre Cosette!
Que andes bien.
Me acabo de inventar una hermana... era hermano!
ResponderEliminarMuy bueno, la curiosidad mató al gato. Felicitaciones :)
ResponderEliminarCada vez que dejas un comentario Gato es tan feliz que casi, casi, sonríe :D
Se vale todo menos el spam y las agresiones. Me gusta devolver comentarios, no hay necesidad de dejar links. ¡Gracias por leer! :D