Título original: Las cosas que perdimos en el fuego
Autor: Mariana Enriquez Editorial: Anagrama Género: Antología, terror
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Enriquez es una voz argentina que ha ido sumando fuerza en los últimos años, y esta antología en particular llevaba bastante, bastante tiempo entre mis pendientes.
Llegó a mí de una manera bastante tonta, lo vi en la vidriera de una librería al azar, y el título llamó mi atención simplemente porque lo leí de casualidad e inmediatamente me puse a cantar Things We Lost in the Fire de Bastille. Son esas casualidades medio cualqui que terminan bien, porque del título mi mirada voló a la ilustración de la cubierta, que es bastante creepy, y lo primero que hice al llegar a casa (no tenía tiempo de entrar a la librería) fue buscar información del libro. Inmediatamente fue un QUIERO, que fui postergando porque… ¿ustedes saben la cantidad de veces al día que grito “QUIEROOOOOOOOOO” al ver un libro? Exacto.
No fue hasta este año, hace un par de meses, que me decidí a comprarlo, ya que este 2018 sufrí de dos fiebres que, honestamente, amo: la fiebre de las antologías, y la fiebre de los autores argentinos. Leí mucho de ambos, y esta antología de repente ya no era un deseo sino una necesidad absoluta.
Desde el primer cuento fue amor, y sin dudas no voy a parar hasta leer todo lo que esta autora escriba.
La antología nos presenta, de una forma tan hiperrealista que nos increpa, que nos choca, que nos desagrada, una serie de relatos que acontecen en lugares familiares y cotidianos, lo que hace que este libro sea aún más aterrador, porque esa cercanía es como una espinita que no te permite relajarte, que te perturba.
"Queríamos ser livianas y pálidas como chicas muertas. No queríamos dejar huellas en la nieve, aunque en nuestra ciudad jamás nevaba".
La autora tiene un talento desgarrador para narrar situaciones vívidas y mostrarnos una cara de nuestro mundo (de nuestra sociedad, de nuestra ciudad, de nuestro barrio) a la que decidimos hacer oídos sordos, una que pretendemos que no existe, como una medida de autodefensa, y no hablo de los aspectos paranormales que pueblan estás páginas, sino a las distintas aristas sociales y culturales que se anima a explorar. Está repleto de verdades a gritos.
Como ya adelanté, los relatos de Las cosas que perdimos en el fuego, nos presentan un mundo que se siente más real que el real, es como una realidad ultrarrealista en la que nunca podés bajar la guardia, nunca podés estar en paz, y eso te inquieta, porque sus relatos están repletos de escenas que vivimos a diario, de lugares en los que transitamos nuestra vida normalmente. Y eso es lo que la hace tan adictiva. Tan atrapante y morbosa. Es como ser espectador de un accidente, no querés ver, pero no podés dejar de mirar tampoco.
Me encanta. Amo este tipo de antologías.
"En el colegio no me decían nada, estaban acostumbrados a que las chicas se volvieran un poco locas, es lo que hace una chica a esa edad".
Pero no crean que es perfecta, aunque ronda lo impecable. Soy de pensar que ninguna antología lo es, ya que es muy complejo que todos encontremos satisfactorios todos los relatos, que todos tengan el mismo nivel, que todos no provoquen lo mismo. Siempre alguno nos parecerá mejor o peor.
En este caso, sentí que a algunos les hubiera venido mejor un remate, unos párrafos más, se terminan cuando te tienen bien arriba y te dejan con gusto a poco. Sin embargo, en general, los relatos te perturban y te provocan un tremendo desasosiego, incomodidad.
El estilo de la autora es directo y crudo, muy descriptivo y no tiene ningún tipo de piedad. Te hace pensar aunque no quieras. Es como una cachetada ida y vuelta.
Algo que pocos libros logran: Las cosas que perdimos en el fuego, me causó pesadillas hiper vívidas y horrendas los tres días que me llevó leerlo.
Entre mis favoritos, tengo que destacar "El chico sucio", "La hosteria", "La casa de Adela", "Pablito clavó un clavito", "Bajo el agua negra" (increíble, TAN impresionante y vívido. Una de las escenas que no se va a borrar jamás de mi cabeza) y "La casa del vecino", simplemente por todo lo que me transmitieron. Son tan vívidos, lpm, no puedo con el estilo de esta mujer.
Las cosas que perdimos en el fuego, el relato que da título a la antología, no fue de mis favoritos pero sí es impresionante. Tiene un mensaje feminista fuertísimo (al igual que muchos de los relatos del libro) y me transmitió vibras al Cuento de la criada, no por la trama, sí por el estilo, la crudeza y el extremismo. Muy bueno.
"Ahí va tu cuerpo al fuego, ahí va./ Lo consume pronto, lo acaba sin tocarlo".
En fin, una antología llena de feminismo, críticas, metáforas y horrores, que no se pueden perder.
Muy recomendado.
¡¡¡FELICES 12 NOCHES DE HALLOWEEN!!!
Hooooola, felices noches de Halloween.
ResponderEliminarDios, me entraron unas ganas terribles de leerlo, encima que me decís que se parece a The Handmaid's Tale, me muero.
Hace rato ando queriendo leer más autores argentinos, pero no encontré nada que me llame la atención hasta ahora. Lo agrego a mi TBR.
En mi blog subí mi spooky read por si te interesa.
Un abrazoo.
Hola me encantó la reseña :D Hace mucho que lo quiero leer !!! A mí también me dio la fiebre de autores argentinos, aunque no leí muchos, pero sí más que en otros años :D Saludos.
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