¡¡Hola, hola!!

¿Cómo andan, pequeñines?

Yo asándome, pero como es primero de marzo y marzo es mi mes preferido del año, me dieron muchas, muchas ganas de bloguear. Aunque, la verdad que mi mes fav empezó con 72° a la sombra y eso no me agrada, aunque pude pilotearla para tener un día bastante tranqui.

Como me había puesto bastante las pilas con el blog, tenía un calendario de publicaciones bastante elaborado pero hoy vamos a ir con algo más tranqui y rápido.

Honestamente, arranqué bien y me volví a ausentar porque me quedé sin ganas de NADA. Pasaron tres cosas, una linda, una fea y una horrenda. La primera fue que me fui de viaje a mi lugar preferido del mundo, y dejé entradas programadas pero me retrasé porque allá no trabajé. La fea es que me fui porque estaba esperando los resultados de un estudio que confirmó una enfermedad autoinmune que me viene jodiendo la laif desde mayo del año pasado, pero que tardaron mucho en diagnosticarme. Y me volvía loca. Necesitaba distraerme. Aunque voy a tener que vivir toda la vida con esto, estoy en paz con la idea porque la pasé mal, tuve miedo y es como... ¿el mal menor? No voy a ampliar, porque no quiero dejar testimonio de esto, no quiero volver a esta entrada en unos años y leer toda esa mierda. Ya tuve bastante.

La tercera es la horrenda, y es que al segundo día de viaje, mi perrita Daysi se murió. Day tenía 17 años, fue mi mejor amiga y mi bebita mimada por parte de mi infancia, toda mi adolescencia y toda mi vida adulta, y se fue estando lejos de ella. Siento que me arrancaron un pedacito mío, la extraño con toda mi alma y no puedo tolerar no haber estado ahí con ella para despedirme. Siento alivio porque ella estaba muy mal por lo viejita, pero estoy rota en mil pedazos. ¿Para qué mentirles?

Así que estoy adaptandome a un nuevo modo de vida por mi enfermedad y atravesando un duelo. Ni ganas de bloguear. Ni de nada en la vida.

Y ahora estoy llorando como una idiota.

Qué buen regreso, perdonen ❤


Así que el 2020 empezó del orto para mí, pero ¿saben qué estuvo re bueno? Mis lecturas, claro que sí :D

Este año me puse una meta bajita, 35, el número de la suerte de mi familia :3 y voy sin prisa y con calma. En lo que va del año leí tres libros cuyas reseñas leerán prontito pero les dejo una probadita:


Esta es la continuación de Llámame por tu nombre y aunque considero que fue innecesario y que, no es sorpresa, no le llega ni al talón a su predecesor, me gustó, lo disfruté y me pareció muy bonito libro.

Un bálsamo.

Una curita.

No me copó el final, pero me sosegó y dio paz. Llegué a anhelar la vida de Elio y su libertad.




Mariana es una de mis autoras preferidas nacionales desde hace un par de años. Adoro su estilo y su oscuridad.

Esta es su primera novela larga (¡larguísima!) y la adoré. No es perfecta, pero sí excelente.

Una historia generacional crudelísima. Si les gustan los cultos, la brujería y el horror visceral, este es su libro. Sentí que podría haber sido mejor, porque algunas cositas me quedaron haciendo ruido, pero en general un librazo.

DESDE YA LO DECRETO UNO DE MIS FAVORITOS DEL AÑO.


Esto es extremadamente random, leí este clásico que llevaba AÑOS en mi TBR solo porque era material complementario de un curso que quería hacer. Pero después no hice el curso, jajajaja. Es que como leyeron más arriba, se me complicó un poco la vida y bueno, otra vez será, me dejó una excelente lectura, al menos.

Me gustó mucho este libro, es un experimento loquísimo lo que hizo Puig, esa mezcla de recursos narrativos es un 10 (cada parte -era un folletín por entregas- está narrada con un recurso distinto, y por alguna razón, logra que todo ese tutti-frutti funcione. No cualquiera, eh. No cualquiera).

Esta historia está narrada por las amantes de un casanovas recién muerto de tuberculosis, en la Argentina de lo 30-40. Una delicia absoluta.



En fin, esas fueron mis tres lecturas del año y son tres 10. Estoy muy contenta por eso.

Ahora estoy leyendo la primera juvenil del 2020, Red, White and Royal Blue, pero vengo medio mal. Cuando logre avanzar un poco más les cuento.

Dios, escribí la entrada entera aguantando las ganas de hacer pipí (no aguanten las ganas de hacer pis, no sean como yo) y mirando Rebelde Way en el teléfono, jajaja. Meli multitasking.