La cortina del baño le pareció la mejor opción. Siempre le había gustado su color marfil, su tacto sedoso, la ligereza de la tela, el brillo barato, las flores bordadas en hilo muy blanco.
Era un
buen vestido para su fantasma.
La
arrancó de los ganchos con drama y se la echó sobre los hombros. Sobre la
cabeza. Fresca y liviana. Un buen vestido para un fantasma.
Y caminó en
el patio. Caminó en la sala. Arrastrando cadenas que en realidad no estaban.
Pegando alaridos que no resonaban. Maldiciendo una tierra que nadie pisaba. Con
su hermoso vestido, vestido de fantasma.
Y le
lloró al alba. Y le cantó a la luna. Abrazó al polvo y le sonrió a la bruma.
Y
acarició las flores que se marchitaban.
Sintió el
viento fresco besando su cara y al rocío del pasto mojando su gala. Mojando su
hermoso, hermoso vestido de fantasma.
Y se
sintió valiente. Se sintió segura. Se sintió ella misma después de mil lunas.
Y si
igual era lo mismo. Si igual nada cambiaba.
Si igual
hacía mucho que nadie escuchaba. Que nadie veía. Que nadie notaba.
Hasta
ahora, todo lo que le faltaba era un vestido. Un hermoso vestido de fantasma.
❤
¿Por qué me gusta tanto escribir cosas turbias que riman? No lo sé, pero parece que no voy a parar jamás. JAMÁS.
Hacía años que no les compartía un relato mío, y la inseguridad y la autocritica siguen ahí tan latentes como la última vez que publiqué, pero mi propósito este año era justamente compartir más cuando escribo. Y últimamente estoy superinspirada a escribir bajones pretenciosos pero que a mí me gustan bastante, así que dije ¿por qué no?
Decidí abrirme un Medium para compartir relatos. ESTE. Si alguno quiere seguirme por allá los amo. Todavía estoy medio perdida, pero probablemente sea lo más positivo que hecho por mí misma en once siglos.
En fin, espero que les haya gustado.
¡Buena semana a todos!
ResponderEliminarDespués de leerte, también la vi mientras desfilaba.
Y si te hace feliz...
¿por qué pararías?
Sl2!