Todo empieza cuando la Corporación Èter, se presenta en la puerta de la casa de Elena, una huérfana que necesita urgente un empleo o se quedará en la calle, y le ofrece un trato que no puede rechazar: dada su memoria prodigiosa, quieren que forme parte de un proyecto ultrasecreto por el que recibirá una gran suma de dinero. Dinero que le garantiza una vida mejor, poder ir a la universidad y cumplir su sueño de convertirse en asistente social.

Para esto se unirá a  Zoe, Trent, Chris y Adam en una misión increíble: los enviarán durante veinticuatro horas al futuro para que tomen nota de los avances tecnológicos que encuentren y traigan esa información de vuelta al pasado.

Peeeeeeeeero, cuando llegan allí, obviamente la situación no es tan idílica, o no habría historia que contar. Es que en el futuro descubren que algo muy, muy serio les ocurre a todos, menos Adam, al día siguiente de regresar al pasado.

Ya no saben sí Èter es su amiga o su enemiga, ya no saben en quién confiar. Solo que, si quieren vivir, desde el futuro deberán cambiar el pasado, o sus horas están contadas.

¿No los recontra hypea esa última línea? A mí sí, tanto que volvería a leer este libro.

Si tengo que describir a Shock del futuro en una sola palabra, esa sería: ADICTIVO. Así, con mayúsculas.

Aunque al principio no me resultaba muy atractivo, y no capturó al 100% mi atención hasta ese pequeño plot twist en el que descubren que al volver al pasado toda su vida se fue al diablo, me leí este libro de una sentada. Fue empezarlo y ya nunca más soltarlo. 

De hecho, ni pretendía leerlo, solo iba a mirarlo por arribita. Y cuando quise acordar... bueno, eran las cuatro de la mañana, yo estaba hecha un bollo, toda contracturada en el sillón, y tenía mis emociones destrozadas y la necesidad imperiosa de leer el segundo libro (aunque este tomo tiene un cierre, agridulce pero adecuado).

Tiene muchas cosas brillantes que me gustan muchísimo. Primero y principal, el giro de tuerca a los viajes en el tiempo. Acá deben actuar en el futuro para corregir el pasado, y no en el pasado para cambiar el futuro, que es más habitual. Eso me encantó, es tan complejo y original que a mi cerebro le cuesta procesarlo.

Por otro lado, la protagonista está muy bien planteada. Es muy vulnerable, muy humana y, ya que posee un lado oscuro bastante latente, tiene mucho, mucho miedo de convertirse en una asesina como su padre, quien mató a su madre. Tiene que lidiar con eso durante todo el libro, incluso en situaciones hiper dramáticas, de matar o morir. Es un debate, un dolor, una preocupación que la tiene y te tiene en vilo. 

Mi tercera cosa preferida, es la narración. La autora con muy poco hace mucho. Su estilo es sencillo y directo, pero no por eso pobre. Su visión del futuro es muy rica e interesante, crea un mundo con elementos muy copados. No se va por las ramas, no nos da escenas de relleno, logra plasmar conceptos complicados con sencillez (le agradezco por eso). Está muy bien logrado y es muy atmosférico todo. 

La tensión es la reina madre de este libro, te tiene con los pelos de punta y al borde de la silla toda la lectura. Es de esos que no te dan un respiro, y te aterra que vayan a ceder ante lo que parece inevitable.

Sufrís a la par de Elena y los demás. Querés que su destino se evite a toda costa, y la perspectiva contraria te desespera.

La única cosa negativa que podría decir sobre él, es que a veces es un poco predecible. Pero, francamente, no empaña la lectura. Y además posee muy buenos giros de trama internos.

Culmina siendo un libro emotivo e intenso, un poco tremendo machacador de sentimientos, pero que vale totalmente la pena.

Así que ya saben, si quieren un libro ganchero a morir, adictivo y bien pensado: Shock del futuro, señores.

"No importa cuáles sean los riesgos existentes, voy a ir por todo. ¿A quién no le gustaría conocer su futuro?"