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Lee.Sueña.Vuela

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¡¡Hola, hola!! ¿Hay alguien ahí? ¿Me extrañan? Yo sí los extraño. Mucho. Extraño este espacio. Extraño escribir como hablo (hasta por los codos) sin límite de caracteres para todos los divagues que se me ocurran, incluso si nadie va a leerlo.

Últimamente más que nunca tuve la necesidad de volver acá, a mi blogcito, el que me vio crecer, el que me abrió las puertas a tantas cosas lindas (y feas, no se crean), el que me acercó a ustedes, porque pasaron y están pasando tantas cosas juntas.  


Así que hoy, en mi comedor vacío de recién mudada, con un video de YouTube de fondo para que la soledad no me coma, tomando vino en un vaso para niños y, por algún motivo, reteniendo las lágrimas, vengo a contarles algo muy importante, incluso si del otro lado ya no quedan más que fantasmas.


(Si no sos un fantasma, decí hola. Si sos fantasma también, acá no discriminamos).


En la pandemia y los años que siguieron pasaron muchas cosas para todos. A mí me cambió la vida, perdí a muchos seres queridos que todavía lloro, pero también gané una libertad que no tenía hacía décadas y eso me inspiró TANTO que escribí tres libros, un guion, un millar de cuentos, me abrí a la hermanita de este blog, Vestida de fantasma. Escuché obsesivamente a Taylor Swift en caminatas eternas en la laguna y otros andurriales. Salí a bicicletear todas las nochecitas de otoño durante tres años escuchando a ErreWay y rock pop de los early dos mil. Me alejé de amigos, me acerqué a otros. Cerré este blog. Casi renuncio a mi trabajo varias veces, varias veces decidí quedarme también. Viajé por el mundo, viajé por el país, volví a lugares que amo, cometí el error de volver a lugares en los que fui feliz para descubrir la verdad obvia: no eran los lugares. También que lugares que idealizaba no eran para mí (holis, Londres). Pasé mucho tiempo con mi familia y con la iconic Pochoclo Alejandra, que está más malhumorada y bebé que nunca.


Descubrí personas nuevas a quienes amar (la vida siempre tiene personas nuevas a quienes amar, aunque no lo creas) y me olvidé literalmente de la existencia de otras. ¡Tuve sobrinos! Tengo cuatro sobris (sí, cuatro en tres años) que son mi mayor razón de vivir.




Y un día pasó, algunos editores se fijaron en mí. Y en mis libros desquiciados de pandemia. 


Especialmente el editor de *toma aire con incredulidad eterna* Minotauro, que decidió que esta feria del libro, mi libro más personal, más adulto, más doloroso y desquiciado iba a ver la luz del día.


    CLIC PARA LEER LA SINOPSIS


A partir de hoy, encuentran La quietud en la Feria del libro de Buenos Aires y la semana próxima en todas las librerías del país. A fin de mes estará llegando a Colombia, Perú y Ecuador. Y prontito a Uruguay, Chile y España. 


No puedo creer que estoy escribiendo esto. Ustedes saben, incluso si definitivamente ya no hay nadie ahí leyéndome, lo que significa esto para mí. Durante más de una década me vieron expresar de la manera más honesta y vulnerable este deseo (muchos vienen y me lo dicen al felicitarme, y me DESARMAN de cariño y nostalgia), y estoy profundamente agradecida de que se haya dado, de que mi trabajo esté en tan buenas manos, de que alguien me haya leído y me haya considerado lo suficientemente buena. Todavía no lo creo. Y no voy a mentirles, estoy muerta de emoción pero también de miedo.


No se termina ahí, este sábado 4 a las 19 hs en la sala Tulio Halperín voy a estar charlando de terror y mi libro con gente MUY GROSA, PERO MUY GROSA (aún no está el anuncio oficial, pero guarden la fecha!) y el sábado 11 a las 15.30 hs voy a estar firmando en el stand de Planeta en la FIL. Vengan aunque no tengan el libro, quiero verlos, darles un abrazo, chusmear un ratito por los viejos tiempos.





Estoy llorando como una boluda, as usual. 


No podía dejar de contarles, justo a ustedes, todo esto.


Gracias, incluso si nadie está leyendo :3


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 Hola, hola

Señora, ¿acaso está blogueando? 

Sí, ¿sorprendidos?

Es que hace frío y mi casa huele a pizza, y acabo de leer de casualidad mis crónicas de la última vez que trabajé en la Feria del Libro y de repente... me extrañé a mí misma. Y no entendí por qué no estaba blogueando, si lo amo y tengo mil ideas en borradores. Y sí, es porque no tengo tiempo, o no tengo motivación, o estoy estresada, o estoy del re orto. O todo eso junto. Pero de repente necesité volver a este rinconcito mío que amo tanto a hablar de esas cosas que mueven mi vida: los libros, por supu.

De hecho debería estar en clases en este momento, ups. Pero bueno, cosas que pasan. Y me odio por no poder soltar el estudio. Cada año me digo que no estudio más nada y cada cuatrimestre encuentro algo nuevo en qué anotarme. 

No me banco, jaja

Cuestión que vengo a compartirles y recomendarles (todas excepto una, para ponerle picante) mis...



 ÚLTIMAS DIEZ LECTURAS


Cortito y al pie, pónganle. Hay un tutti frutti que ni les cuento, porque no me privo de nada. Así que van a encontrar algo para todos los gustos:



 1. Variaciones enigma, André Aciman

Ah, quién fuera un snob millonario y lujurioso que no sabe lo qué quiere pero no le importa, ¿no?

André Aciman 
siempre va a ser mi placer culpable porque su prosa me llega al alma. Pero hasta acá. Lo nuestro se terminó. Este libro arrastra su polémica, pero en realidad lo polémico no es la historia, sino las declaraciones nefastas del autor al respecto. Es una lectura preciosa, sí, poética también, y absolutamente vívida y reflexiva. También incómoda e innecesaria por momentos, o no sería Aciman. Y en general me gustó, aunque el prota es odioso y la verdad es que la trama tiene unas lagunas y contradicciones garrafales. Es el segundo libro consecutivo del autor que leo con problemas de coherencia interna. André anda necesitando un editor que se anime a pararle el carro y marcarle sus defectos, porque como narrador es un genio pero se regodea en su prosa y se olvida de cuidar su estructura. 



2. Las crónicas marcianas, Ray Bradbury

Cada vez que leo a Bradbury lamento en el alma no haberlo leído de adolescente. No haber tenido a ningún adulto cerca que me lo recomendara o a algún buen profesor que me diera sus libros, como a Borges en el prólogo. 

Les juro que me quema y me lastima, porque si de adulta lo amo, de adolescente hubiera sido mi absoluta religión.

En esta antología Ray nos lleva a Marte. A su Marte. A su versión increíble del planeta rojo, sus habitantes y colonos. Y nos regala esa ciencia ficción de la que yo más disfruto: la que nos increpa, la que nos hace sentir pequeños y nostálgicos, la que nos llena de soledad e inevitabilidad.

Amo. Amo. Amo.



3. La metamorfosis, Franz Kafka

Tenía este libro entre mis pendientes desde que existo. Y nunca había pasado más que de las primeras páginas. Admitiré que una vez más llegó un audiolibro al rescate (pueden probar dos meses gratis por acá), ya que los uso mucho para encarar aquellos libros que, como este, sé que no voy a leer jamás de otra forma porque me intimidan o ya he fallado antes.

Me gustó y me dejó hecha bosta. Muy triste. Más que triste, impotente, frustrada.

Pero me resultó pesadísimo. Incluso en audio. 

No tengo mucho más que decir.



4. La casa torcida, Agatha Christie

Amo TANTO a Agatha, y ella consideraba que este es su mejor libro así que el hype, chicos, el hype. 

Este verano decidí darle por fin su oportunidad y...

Me jugó muy en contra el hype, chicos, el hype. 

Porque es bueno, buenísimo incluso, pero ni ahí lo mejor de Agatha. Es predecible y poco emocionante. Esperaba mucho más. Igual lo disfruté y lo recomiendo.




5. Sacrificios humanos, María Fernanda Ampuero

Tremenda esta antología, por favor.

Había escuchado muchas críticas positivas y llegué a ella con recelo, pero vale uno y cada uno de los halagos. Es una cosa increíble y terrible. No apta para estómagos y corazones sensibles.

Voy a copiar mi review de GR porque es exactamente lo que quiero decir:

El libro es bueno, pero la narración es fantástica. Las atmósferas de Ampuero son densas, se te pegan en la piel y te oprimen, oprimen, oprimen. Imposible no sentirlas.
Si bien todos los relatos son bastante macabros, el horror acá se alimenta de injusticia, marginalidad y desigualdad, entre otras realidades violentas que algunos padecen todos los días, y eso le da un impacto terrible. Mucho, mucho peor que el de cualquier cuento de miedo o aparecidos.
 

6. La ciudad de vapor, Calor Ruiz Zafón

Me negaba a terminar este libro. Me negaba a soltar esta saga, que me acompañó y enamoró durante el año más difícil de mi (y seamos honestos de nuestra) vida. No quería que fuera lo último nuevo que voy a leer de Zafón. 

Pero lo leí y lo amé y me decepcionó en partes iguales.

La prosa de Carlos siempre es un lujo, y que los haters se vayan a hatear por ahí. Pero como toda antología, esta tiene sus altibajos. Adoré y recomiendo mucho "La mujer de vapor" y "Una señorita de Barcelona", en los demás relatos hubo de todo, aunque ninguno es malo. Y creo que es pertinente aclarar que solo unos pocos tienen relación directa con El cementerio de los libros olvidados. 

Por último, cada vez que leo una obra póstuma, incluso si son piezas publicadas previamente como estas, siento que estoy mancillando algo sagrado. Que mis ojos se están posando en algo que no deberían. Que estoy irrumpiendo en algo extremadamente intimo. Quizá sea una tontería, pero me siento una intrusa y eso siempre hace que disfrute un poquito menos las obras póstumas. Esta no fue la excepción.



7. El hombre ilustrado, Ray Bradbury

Creo que es el camino lógico a seguir luego de leer y amar Las crónicas marcianas. 

Una vez más Ray nos lleva a Marte (y a algún que otro planeta) y nos deja con una dulcísima crisis existencial.

Si tengo que elegir una de las dos antologías, elijo Las crónicas, pero ambas son excelentes y devastadoras. 

Recomendadísimas.




8. La sed, Marina Yuszczuk

Me gustó este libro por varios motivos, el primero y principal, porque es una historia de vampiros bastante clásica, pero con un giro de trama excelente que nos lleva de la Buenos Aires colonial a la contemporánea. 

Sí, a Buenos Aires. No a Nueva Orleans, ni a Transilvania, ni a Londres, ni a Forks, Washington. Y no solo eso, sino que además está protagonizado por una vampira impiadosa. Una vampira. No un lord francés (igual te amo Lestat). Ni un "monstruo" al que le pesa su condición no humana (también a vos, Louis). Y me parece alucinante, saben que soy fan hasta la medula de los vampiros y N U N C A había leído literatura latina, menos argentina, menos protagonizada por una mujer, de vampiros. Así que kudos solo por eso. 

Pero la trama es atrapante y la narración durísima y poética. El final me dejó medio dura, lo terminé hace poco y siento que aún no lo digiero, pero recomendado a morir.



9. La noche olía a jazmines, los amantes a traición, Olga Drennen

Hacía mucho que quería leer este librito, una vez más ambientado en Buenos Aires, esta vez a principios de siglo pasado, y me gustó mucho.

La historia en sí está bien, pero la narración y la ambientación son magnificas. Realmente sentí que vivía en todas esas escenas tan ajenas y a la vez tan familiares. Como les digo siempre, tuve la suerte de crecer rodeada de abuelas y tías que llenaron mi infancia de historias de su juventud. Pues en este libro encontré mucho de lo que me contaban y por eso lo disfruté tanto.

La trama es simple, una pobre e inocente muchacha se ve forzada a mudarse con su maridito infiel a la casa de las peores villanas: una suegra déspota y tres cuñadas cizañeras. Y nos regala un final excelente cargado de girl power.

Me gustó mucho.



10. La caza, M. A. Bennett

Tengo que cerrar con mi lectura más flojita en mucho tiempo y el único desrecomendado de esta lista.

Estaba haciendo una depuración de libros porque me mudé y no tengo lugar. Puse este en la pila para regalar y algo me dijo "¿y si le das una oportunidad primero?" porque suena genial, te promete ser un Los juegos del hambre meets ese episodio de Los Simpsons que el Sr. Burns los invita a todos a su mansión para cazarlos.

¿Para qué? ¿Para qué le di la oportunidad?

La trama es exactamente la que promete, pero desarrollada de la maneras más sosa y aburrida posible. DOSCIENTAS PÁGINAS DE INTRODUCCIÓN, una protagonista insopor que cada dos oraciones relaciona todo con una película así sabemos que le gusta el cine, le tiene asco a la menstruación y no la nombra y LE PIDE DISCULPAS AL FEMINISMO PORQUE LE GUSTAN LOS CHICOS, y por supuesto, un final insatisfactorio.

De hecho, se lo perdono todo menos el final. La autora, en pos de poder continuar la historia en dos libros más, decide ofender la inteligencia no solo del lector, sino también de sus personajes, que son tontitos pero no tanto, e ir por una resolución ilógica, incongruente e inexplicable. Las tres I de la perdición para La caza.

Es, básicamente un: tomamos la decisión más estúpida e inexplicable posible, pero Uh, qué distraída, me confundí, lean el próximo libro. Bye.


❤❤❤

Y estas fueron mis últimas 10 lecturas :D


En realidad leí muchos más libros este año, pero hice trampa porque saqué algunos para otra entrada que quiero hacer.

¿Leyeron alguno? ¿Les llama algún otro?

Adiós, mi pinchoncetes. Qué sigan bien ❤

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 Las noches de verano, mi mamá nos llevaba a cazar ovnis.

Nos cargaba en su Renault 12 celeste a mi hermana, a mi abuela y a mí, junto a cualquiera fuera el primo de turno que se estuviera quedando en casa, y salíamos por andurriales impensados persiguiendo luces en el cielo cargado de estrellas.

Tengo muchísimos primos. Y a principios de los 90 éramos las únicas que teníamos una Pelopincho, así que parte de las vacaciones se pasaban en “lo de la abuela” lo que, ya que vivíamos en el mismo terreno, se traducía en “en lo de la tía Rosi”.

La siesta la pasábamos en lo de la abuela, envueltos en una nube de Flit y encerrados “a lo oscurito” hasta que bajara el sol, aunque ni las modestas persianas de las puertas ni algunos de los agujeros que matizaban el techo altísimo, hacían mucho contra el resplandor de las dos de la tarde.

Jugábamos sin parar en unos pisos de madera resecos y llenos de huecos, que pedían a gritos cera y todos soñábamos con levantar algún día para ver qué tesoros escondían, porque el tío Daniel siempre nos contaba de la multitud de autitos y bolitas que se habían perdido bajo alguna tabla suelta.

Como mis primas más grandes siempre me agarraban los juguetes, un día, jugando a la banda, usé un cuadro de la Virgen de pandereta. Mi prima Flor se enojó y detrás de un largo “Noooo” me dijo que Dios me iba a castigar.

Yo no sabía que Dios castigaba, pero, a partir de ese momento y por todo el resto de mi infancia, ante cada altercado que se me cruzaba me preguntaba si ese sería el castigo que Dios me mandaba por usar a la Virgen de pandereta.

A la tarde, después de la pile, a veces nos dejaban ir a tomar un helado a la vuelta solos y era lo mejor. Nos sentábamos en una mesa al sol y hacíamos un enchastre entre grititos y carcajadas, y cuestionábamos anonadados a mi prima Gime porque no le gustaba el helado, aunque a veces se pedía uno de palito, y de todas formas nos acompañaba siempre porque era la más grande.

A la tardecita jugábamos en la vereda y las calles siempre estaban sembradas de, una de dos, sapitos o cascarudos. Y cuando digo sembradas es SEMBRADAS. Nunca más volví a ver tal invasión. Yo prefería a los cascarudos, porque los sapitos me daban asco. Además, me daban pena los “plit, plit, plit” cada vez que pasaba un auto e inevitablemente reventaba un montón. Al día siguiente las calles eran siempre un cementerio de sapitos o de cascarudos, pero los cascarudos me daban menos lástima porque parecían menos vivos.

Éramos adictos a la escondida, pero si estaba cierto primo no se podía jugar porque siempre arruinaba el juego quedándose atrás del que contaba y, en cuanto este se daba vuelta, él picaba para todos los compas. Lo que dejaba de ser divertido después de las cinco o seis veces, especialmente para el que contaba.

Después de unos panchos, llegaba el momento que más esperábamos: salir a cazar ovnis.

Mi primo Pablo siempre fue bastante geek, así que él iba adelante anonadado, colgando de la ventanilla del acompañante y señalando luces. Él era el más grande de todos, ya andaría por los 13 o 14, y estaba obsesionado con los aliens, tanto que estaba escribiendo un libro y eso era i m p o r t a n t í s i m o. (Lo leí en mi adolescencia, realmente un librazo).

Perseguíamos luces por la laguna o por los campos y alrededores, porque en el pueblo no era divertido. Llevábamos las ventanillas abiertas de par en par y escuchábamos sin variar Amistades peligrosas, Donato y Stefano y Sergio Denis, porque mi mamá todavía no se había obsesionado con Chayanne.

A mí me daba un poquito de susto porque estaba segura de que íbamos a encontrarnos con un alien feo al final del camino y rogaba que se atrasara el encuentro. Además, si estaba mi primo Facu, me iba contando bajito cuentos de miedo. Pero a la vez me encantaba y no veía la hora de que pasara. De que la próxima luz escurridiza fuera finalmente una nave.

La noche de la que no nos olvidamos nunca, y a la que inexorablemente sacamos a relucir para reírnos en cada Navidad en familia, fue la noche en la que llegamos hasta los pies de “la nave”.

“¡Allá!”, gritó mi primo Pablo y al final del bulevar, casi llegando al Puente de Bruno, una luz más brillante que la estrella de Belén parecía indicarnos el camino. Terror en la panza. Felicidad en los labios. Asustada, pero sin decir ni pío. Fuimos en dos ruedas, con mi primo colgando de la ventana para no perderla. Hasta que llegamos y entre risas y una cacofonía de “pero qué boludosssss”, nos quedamos un buen rato contemplando a la antena nueva que habían levantado vaya uno a saber cuándo.


👽👽👽


LECTURAS RECOMENDADAS:


Boy, Roald Dahl
La primera parte de la autobiografía del autor de clásicos infantiles que todos amamos, como Matilda y Charlie en la fabrica de chocolates, es una absoluta delicia que nos lleva de la mano a una infancia dificilísima, pero llena de magia e imaginación. Imperdible, completamente valiosa. RESEÑA.



Secretos de familia, Graciela Beatriz Cabal
Otra autobiografía, esta vez la autora le da voz a su niña pasada para llevarnos al corazón de su infancia en la Buenos Aires de mediados del siglo pasado. Una absoluta joya. No hay otra palabra. Esta seguidilla de travesuras y anécdotas se sienten increíblemente familiares, especialmente para aquellos que crecimos muy unidos a nuestros abuelos y tíos más viejitos. Amor absoluto. RESEÑA. 


Los reyes del mundo, Eduardo Sacheri
A través de distintos relatos, el autor comparte aventuras y travesuras de su infancia, esta vez una infancia mucho más cercana a nosotros, con la que varios nos sentimos profundamente identificados, pues algunas cosas nunca cambian. Un libro divertido pero, por sobre todas las cosas, hermoso. La infancia misma. RESEÑA.


BONUS: una canción

Seven de Taylor Swift
Aunque es una canción triste, creo que Taylor hizo un trabajo estupendo capturando los veranos de la infancia en este tema. No solo en la letra, sino también en la melodía. Es preciosa, para ponerte nostálgico y cantar a los gritos.

👽👽👽

El final del verano me pone inexorablemente nostálgica, incluso cuando el otoño es mi estación preferida. Que se acorten los días, que vuelva el frío, que los días perezosos de sol y buen clima se vayan acabando, me cala un poco el alma desde que tengo memoria.

Así que en este primer domingo de otoño, perfecto y disfrutable, decidí arrancar con esta sección sin nombre fijo, que vengo masticando hace un año. Siempre va a ser así: una reflexión personal sobre x tema y recursos para que ustedes también se inspiren y compartan sus reflexiones o escritos al respecto.
Espero que les guste tanto como a mí y quedan invitadísimos a contarme sobre los veranos de su infancia.

¡Abrazos!
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 Acá debería ir ese emoji al que le explota la cabeza de la sorpresa. De la incredibilidad.

De hecho, vamos a ponerlo. Vamos a poner muchos: 🤯🤯🤯🤯🤯

Soy una persona a la que le cuesta mucho mantener la constancia. Me aburro rápido, me comprometo poco, mantener mi atención e interés en algo por un lapso de tiempo demasiado extenso es una epopeya.

Y sin embargo, a pesar de miles de altibajos y a pesar de que ya no somos ni de casualidad los mismos, porque yo no soy ni de casualidad la misma, acá estamos. Cumpliendo 10 años. Yo de este lado y ustedes del otro.

Y ya estoy llorando.

Amo mucho este blog, es mi mejor y más grande proyecto. Los amo mucho a ustedes, incluso a los que nunca jamás conocí ni conoceré. Me dan vida. Mucha vida ❤

Tenía grandes planes para hoy. El año pasado empecé con "el té de los sábados" por un motivo, y ese motivo era que estaba programando una fiesta para los 10 años del blog, un té nerd y fancy con amigos de la comunidad, con autores, con personas de la industria y por sobre todas las cosas: con ustedes. Iba a invitar a muchos de ustedes e iba a sortear algunos lugares extra. Llevaba ahorrando un montón de tiempo (porque iba a invitarlos, por descontado) y hasta estaba viendo salones cuando... ya saben lo qué pasó. El mundo se puso patas para arriba. Y creo que la vida de todos se puso patas para arriba. Ni siquiera sé por qué les estoy contando lo que no pudo ser en un día de festejo.

Quizá para que sepan lo importante que es para mí el día de hoy, y la ilusión que me hacen estos 10 años. ¡Yo que soy el ser más antisocial del mundo, jamás quise festejar ni mi cumpleaños y siempre pongo excusas para no ir a fiestas estaba organizando una para el blog y mis lectores! :3

Así de mucho los quiero. Y así de mucho importa Lee.Sueña.Vuela.

Este blog  me cambió la vida, todo lo que soy hoy por hoy es gracias a él. Y a ustedes. Porque sin lectores, ¿ustedes creen que yo seguiría acá 10 años después?

Bitches, please. Que a este punto ya nos conocemos mucho.

Solo me queda decirles por décima vez en todo este tiempo: ¡¡¡¡GRACIAS!!!!

Gracias, gracias, gracias, gracias.

Y perdón por fumarse mis cursilerías un año más. 

Lee.Sueña.Vuela no es lo que era. Lee.Sueña.Vuela no va a volver a ser nunca lo que era. Pero hay proyectos nuevos en mi horizonte que voy a compartir con ustedes más pronto que tarde y espero que les den tanto amor como a este blog, que va a seguir acá firme contra viento, marea, covid y la vida misma.

¡Los adoro a todos!

Antes de despedirme, les digo dos cositas más (sin promesas, ya saben que no las cumplo, jajaja):

-Vamos a hacer nuestro té fancy y nerd, no mañana ni pasado. No con las mismas dimensiones. Pero lo vamos a hacer. 

-Tengo mil entradas en borrador, les prometo contenido de calidad pronto. Y, si no me da el cuero para que sea de calidad, pelamos un Cover WTF! y todos contentos.


Por último, para mí los concursos ya re fueron. Pero por ser un aniversario especial quiero hacerles un regalito:

                            

En mi Instagram les estoy regalando mi libro, Esos raros relatos nuevos, más un paquetito de cariñitos y chucherías varias de esas que dejan a los lectores con el corazón contento.

👉CLICK ACÁ PARA PARTICIPAR👈


¡¡¡GRACIAS POR ESTOS DIEZ AÑOS!!! 

De todo corazón.

Los quiero,

Meli ❤

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 ¡¡¡Hola, hola!!!

¿Cómo están, pequeñines?

Acá no van a encontrar reflexiones que empiecen con "a pesar de que fue un año difícil", "fue un año distinto, pero...". Tampoco van a encontrar propósitos, porque solo tengo dos imposibles de cumplir: dejar de usar tantos emojis porque estoy a un paso de ser la tía Irma con sus imágenes de Piolín deseando buenos días en comic sans. Y ser la hija de un filantrópico millonario europeo con casa de verano con vista al mediterráneo, que viva solo por su arte, sus amantes y el vacío de su vida privilegiada. Los dos son bastante improbables. Así que solo me limitaré a decirles:  


¡¡EXCELENTE 2021 PARA TODOS!!


Este año tiene la vara bajísima, así que dejemos que nos sorprenda para bien.

Pero, si hay algo que los lectores seguiremos haciendo es, duh, leer. Así que en lugar de venir a hablarles de mis mejores y peores lecturas del año como solía acostumbrar porque medio me aburre medio siento que a quién le importa, me propuse un desafío: hablarles de todos los libros que leí en 2020. En una oración.

Sí, yo que no tengo poder de síntesis. En una oración. Pero a veces queremos saber qué onda los libros que el otro leyó (yo sí, pues chusma literaria y contorsionista de bondi para leer títulos sobre el hombro de lectores distraídos), pero paja leer una reseña entera.

Sin embargo, todos van a estar linkeados a mi minireseña en GR o a mi reseña acá, si quieren ampliar sobre algún título.


Sin más preámbulos, veamos si me sale:

Find Me de André Aciman:  Placer culpable innecesario.

Nuestra parte de noche de Mariana Enriquez: Mi favorito del año, pídanme que mate por él.

Boquitas pintadas de Manuel Puig: Solo un maestro podría salir airoso de semejante tutti-frutti.

Red, White and Royal Blue de Casey McQuiston: Pequeña decepción, con resultados sexuales.

Cometierra de Dolores Reyes: Me decepcionó tanto que no deja de doler.

Leo quieres a Aries de Anyta Sunday: Lo esperable: risas, ternura y sexo gay.


Quién no de Claudia Piñeiro: Amo el estilo de Claudia, pero cada vez me gustan menos sus historias.

Ese verano a oscuras de Mariana Enriquez: Lo bueno, si breve...

Alguien camina sobre tu tumba de Mariana Enriquez: ¿Cómo una crónica histórico-arquitectónica me puede dar pesadillas?

Ceremonia secreta de Marco Denevi: La atmosfera de esa Buenos Aires rancia me caló hondo.

Buenos Aires Noir de varios autores: Devuélvanme mi dinero.

El rastro de la canela de Liliana Bodoc: Disfrutable.


Los sorrentinos de Virginia Higa: ¿Acaso este libro está hablando de mí y de mi familia?

El resplandor de Stephen King: Me aburrió pero abrió las puertas a una nueva obsesión.

Doce cuentos peregrinos de Gabriel García Márquez: Lo esperable: adoración.

Siete casas vacías de Samantha Schweblin: A veces hay que darle otra chance a los libros.

Mientras escribo de Stephen King: Todo autor y wanna be debería ir marchando a leer este libro.

Carrie de Stephen King: La escena que destruye todo me dio años de vida.


El misterio de Salem's Lot de Stephen King: ¿Su concepción del mal? *besito de chef*

La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón: El mejor de la saga.

El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón: El peor de la saga.

El prisionero del cielo de Carlos Ruiz Zafón: Un suspiro, pero qué buen suspiro.

El laberinto de los espíritus de Carlos Ruiz Zafón: Todo un viaje en sí mismo.

Los elementales de Michael McDonell: Es bueno, pero no tan bueno como te dijeron.


Diecinueve garras y un pájaro oscuro de Agustina Bazterrica: Un muy buen tutti-frutti.

Transradio de Maru Leonhard: Para leer en verano en el pueblo mientras te trillan los mosquitos y te carcome el vacío. 

Hacé que la noche venga de Leonardo Oyola: La trama es mala pero la narración te compra.

La casa de los eucaliptus de Luciano Lamberti: Lo turbio, si rural y retorcido, doblemente turbio.

Mujercitas de Louisa May Alcott: El libro con las mayores traiciones de la literatura universal.

Todos nos sale bien de Julia Coria: Cuando termine de llorar les cuento.


Las cosas que perdimos en el fuego de Mariana Enriquez: Una relectura esplendida para salir de un slump.

Elevación de Stephen King:



x

El jardín de las mariposas de Dot Hutchinson: HOLA

Las rosas de mayo de Dot Hutchinson: NUEVA

Los niños del verano de Dot Hutchinson: OBSESIÓN

Dot es una GENIA creando psicópatas, son excelentes sus novelas. Denles la chance (las pueden escuchar gratis y legal por acá).


❤❤❤


Hey, look Ma I DID IT! :D

Pude ser concisa casi sin hacer trampa T_T

De no creer. Aunque ya veo que voy a fallar fuerte en eso de no usar tantos emojis. Aunque no tanto como en volver a nacer como hija de un millonario, pero bueno. Cosas que pasan :P

Estas fueron mis lecturas del 2020 (solo las por placer, no cuento ni académicas ni laborales porque no me pongo metas anuales de lectura para competir conmigo misma ni leer más, solo para llevar un registro de qué leo). 

Así que chin-chin por un 2021 lleno de lecturas tan buenas como estas. 

¿Cómo anduvo su año lectoril? ¿Qué opinan de los desafíos de lectura anual? ¿Leyeron alguno de estos libros?


¡Nos leemos prontito!

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Soy Meli

Amo los libros, los días de lluvia, el café, viajar, los libros, los animales, Sailor Moon, escribir, los libros y los libros. La literatura es mi pasión y por eso elegí dedicarle mi vida: soy editora de ficción juvenil, autora y blogger.
Lee.Sueña. Vuela nació hace más de una década y es mi mayor y mejor proyecto.

¡Bienvenidos todos y espero que lo disfruten!



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