Titulo: El aprendiz del espectro
Titulo original: The Spook's Apprentice
Autor: Joseph Delaney
Genero: Fantasía
Reseña:
Ya lo confesé antes y vuelvo a repetirlo: mi deseo por leer este libro se basó en que Ben Barnes estaba en la portada. Sé que es un motivo sumamente frívolo, pero de vez en cuando todos hacemos esas cosas. Si no hubiera estado Ben, muy bonito, todo posando en la tapa, nunca me hubiera fijado en él. El tema del séptimo hijo me hacía pensar en hombres lobos (en mi país está la leyenda que el séptimo hijo es un lobizón) y como por lo general estos seres me aburren, jamás me hubiera detenido ni a mirarlo si no fuera… bueno, por Ben, ya lo dije quince veces.
Empecé a leerlo a ciegas, sabía que pronto iba a salir la película y que era un fantasy, pero no de qué se trataba puntualmente. Sé que suena loco o simplemente mal, pero muchas veces no leo las sinopsis de los libros. Si hay otros factores que me hacen desear leerlo lo hago, sin importarme de qué trata.
Disfruté bastante la lectura, es sumamente amena y entretenida. Me gustó bastante, es casi autoconclusivo y está muy bien escrito, no es una historia que se olvide fácilmente.
Por alguna razón, y más allá de mi amor por Ben, me imaginé la historia entera como una peli de Miyazaki, de hecho si viviéramos en un mundo en el que Ghibli no hubiera quebrado y Hayao no estuviera retirado, soñaría con que la adaptaran. Sé que esto también es un poco ridículo, pero si disfruté más del libro fue por esta particularidad. ¡Les juro que es re Miyazaki!
Amé profundamente varios conceptos del libro, comenzando por el oficio de Espectro. ¡Qué cosa más genial! Es sumamente original y un poquitín poético. Me gusta mucho, mucho.
Los Espectros van de pueblo en pueblo combatiendo brujas, fantasmas y demonios. La gente los respeta porque los necesita, pero los desprecia y teme. Eso es muy interesante, le da un aura de soledad, lo convierte en un héroe trágico: hacen del mundo un lugar mejor, pero el mundo les da la espalda.
Otra cosa que me encantó fue el Monte del Ahorcado, es una locación que si bien aparece poco, no se olvida. ¡Eso sí que es poesía y tragedia!
Disfruté mucho de la pluma de Delaney, es mega sencilla pero muy estética, sabe muy bien cómo crear situaciones, escenarios y atmósferas. La novela está bañada de una sensación lúgubre y peligrosa. Realmente se disfruta.
Sin embargo, hay un pero.
Dos peros.
Por un lado tenemos a Tom, nuestro protagonista. Tom es una Mary Sue con todas la de la ley. Sé que sería Gary Stu, pero este chico es tan atolondrado que el término le queda chico, es una Mary Sue.
A ver, está bien que es joven y está aprendiendo el oficio, ¡pero qué chico más idiota por el amor del cielo!
Por ejemplo, les presento una situación real (casi):
Palabras más, palabras menos, esto pasa ASÍ. Y ni siquiera es lo más estúpido que este chico hace en este primer tomo de escasas doscientas páginas y pico.
Es difícil sentir empatía en los momentos difíciles por personajes así. Cuando las cosas se ponen peliagudas, a uno lo que le sale del alma es un “Jodete por tonto, nene”.
Por supuesto, esta ingenuidad que raya la estupidez no impide que disfrutemos o que suframos menos, mejor dicho, las escenas de peligro y acción. Pero sin duda sentiríamos mayor simpatía, incluso miedo o preocupación por la seguridad de nuestro querido prota si no fuera tan tonto.
Y justamente con la palabra preocupación tiene que ver el segundo pero: el señor Gregory aka el Espectro aka el tutor de Tom es el maestro más negligente y despreocupado del mundo. Me ponía nerviosa que fuera tan tranquilo. Muchas de las cosas nefastas que pasan son porque deja solo a Tom.
Y ya hablamos de cómo es Tom.
Está bien, se ausenta por una emergencia, pero después, sabiendo que hay una bruja peligrosa suelta y que Tom no es el más prudente de los aprendices, lo manda a un lugar dónde hay un bebé recién nacido (se acuerdan que la bruja come niños, ¿no?) en compañía de alguien que no es para nada confiable, exponiendo a montones de inocentes en el camino. ¡Es sumamente estúpido!
Es como que tanto tutor como aprendiz no son muy dados a pensar ni razonar las cosas, a pesar que su trabajo requiere un poco de ambas. Y por culpa de ambos no pude disfrutar del todo este libro.
Me gustó más de lo que pueda sonar. De hecho no descarto leer aunque sea el segundo (es una serie bastante larga) y por supuesto voy a ver la película. Aunque por lo que se ve en los trailers… se inventaron el 99,9% de la trama, no vi nada que me recordara ni remotamente al libro (empezando porque Ben no tiene trece años como debería tener Tom). Incluso pregunté si no sería que adaptaron otro libro y no el primero, pero la respuesta de algunos lectores que han leído otros tomos fue que aparentemente no.
Me temo, me temo, que es otro intento de ser el próximo Harry Potter destinado al fracaso. Cuando una productora adapta un libro y de dicho libro solo conserva el nombre (mentira, le cambiaron el nombre también), entonces hay muchas chances de que no vaya bien.
En fin, una lectura entretenida e interesante, muy bien escrita, quiero recalcarlo: MUY BIEN ESCRITA, pero con un protagonista que podría mejorar. A pesar de eso, disfrutable y por alguna razón, memorable.
Titulo original: The Spook's Apprentice
Autor: Joseph Delaney
Genero: Fantasía
Reseña:
Thomas Ward tiene trece años, es el séptimo hijo de un séptimo hijo, y vive feliz en una granja junto a sus padres, su hermano, y su cuñada embarazada. Todo cambia cuando, una tarde, viene a buscarlo un Espectro para llevárselo como aprendiz. Junto a él deberá enfrentarse a criaturas malignas: brujas, boggarts, espíritus y aparecidos. Thomas no quiere marcharse pero su madre, que tiene poderes ocultos, insiste en que ésa es su obligación y su misión en el mundo. Así pues, no tiene más remedio que obedecer. Durante su aprendizaje, Thomas descubre los secretos del espectro, se somete a pruebas terroríficas (como pasar una noche solo en una casa encantada) y recibe valiosos consejos (nunca te fíes de las niñas con zapatos de punta). Todo marcha bien hasta que Alice, una chica del pueblo, se cruza en su camino. Es la sobrina de la bruja Lizzie la Huesuda y engatusa a Thomas para que libere de su prisión a Madre Malkin, una malvada hechicera. Desde ese instante, las cosas se ponen muy díficiles para el joven e incluso para su familia.
Ya lo confesé antes y vuelvo a repetirlo: mi deseo por leer este libro se basó en que Ben Barnes estaba en la portada. Sé que es un motivo sumamente frívolo, pero de vez en cuando todos hacemos esas cosas. Si no hubiera estado Ben, muy bonito, todo posando en la tapa, nunca me hubiera fijado en él. El tema del séptimo hijo me hacía pensar en hombres lobos (en mi país está la leyenda que el séptimo hijo es un lobizón) y como por lo general estos seres me aburren, jamás me hubiera detenido ni a mirarlo si no fuera… bueno, por Ben, ya lo dije quince veces.
Empecé a leerlo a ciegas, sabía que pronto iba a salir la película y que era un fantasy, pero no de qué se trataba puntualmente. Sé que suena loco o simplemente mal, pero muchas veces no leo las sinopsis de los libros. Si hay otros factores que me hacen desear leerlo lo hago, sin importarme de qué trata.
Disfruté bastante la lectura, es sumamente amena y entretenida. Me gustó bastante, es casi autoconclusivo y está muy bien escrito, no es una historia que se olvide fácilmente.
Por alguna razón, y más allá de mi amor por Ben, me imaginé la historia entera como una peli de Miyazaki, de hecho si viviéramos en un mundo en el que Ghibli no hubiera quebrado y Hayao no estuviera retirado, soñaría con que la adaptaran. Sé que esto también es un poco ridículo, pero si disfruté más del libro fue por esta particularidad. ¡Les juro que es re Miyazaki!
Amé profundamente varios conceptos del libro, comenzando por el oficio de Espectro. ¡Qué cosa más genial! Es sumamente original y un poquitín poético. Me gusta mucho, mucho.
Los Espectros van de pueblo en pueblo combatiendo brujas, fantasmas y demonios. La gente los respeta porque los necesita, pero los desprecia y teme. Eso es muy interesante, le da un aura de soledad, lo convierte en un héroe trágico: hacen del mundo un lugar mejor, pero el mundo les da la espalda.
Otra cosa que me encantó fue el Monte del Ahorcado, es una locación que si bien aparece poco, no se olvida. ¡Eso sí que es poesía y tragedia!
Disfruté mucho de la pluma de Delaney, es mega sencilla pero muy estética, sabe muy bien cómo crear situaciones, escenarios y atmósferas. La novela está bañada de una sensación lúgubre y peligrosa. Realmente se disfruta.
Sin embargo, hay un pero.
Dos peros.
Por un lado tenemos a Tom, nuestro protagonista. Tom es una Mary Sue con todas la de la ley. Sé que sería Gary Stu, pero este chico es tan atolondrado que el término le queda chico, es una Mary Sue.
A ver, está bien que es joven y está aprendiendo el oficio, ¡pero qué chico más idiota por el amor del cielo!
Por ejemplo, les presento una situación real (casi):
Espectro: “Está bruja es tan poderosa y malvada que sería más peligroso matarla y que vuelva, a mantenerla con vida. No te acerques jamás a ella, menos de noche”.
Tom: “Pobre ancianita, nadie merece estar encerrada. Ni siquiera una bruja diabólica come niños”.
Extraña atractiva: “Tom quiero que mientras tu tutor no está le lleves a la bruja diabólica come niños estos pastelitos a su celda. Uno cada noche, siempre a la medianoche”.
Tom: “¡LO HARÉ! Porque claramente esto no es una trampa, solo el pedido desesperado de un familiar preocupado que no quiere que su pobre tía ancianita pase hambre por las noches :D”.
Palabras más, palabras menos, esto pasa ASÍ. Y ni siquiera es lo más estúpido que este chico hace en este primer tomo de escasas doscientas páginas y pico.
Es difícil sentir empatía en los momentos difíciles por personajes así. Cuando las cosas se ponen peliagudas, a uno lo que le sale del alma es un “Jodete por tonto, nene”.
Por supuesto, esta ingenuidad que raya la estupidez no impide que disfrutemos o que suframos menos, mejor dicho, las escenas de peligro y acción. Pero sin duda sentiríamos mayor simpatía, incluso miedo o preocupación por la seguridad de nuestro querido prota si no fuera tan tonto.
Y justamente con la palabra preocupación tiene que ver el segundo pero: el señor Gregory aka el Espectro aka el tutor de Tom es el maestro más negligente y despreocupado del mundo. Me ponía nerviosa que fuera tan tranquilo. Muchas de las cosas nefastas que pasan son porque deja solo a Tom.
Y ya hablamos de cómo es Tom.
Está bien, se ausenta por una emergencia, pero después, sabiendo que hay una bruja peligrosa suelta y que Tom no es el más prudente de los aprendices, lo manda a un lugar dónde hay un bebé recién nacido (se acuerdan que la bruja come niños, ¿no?) en compañía de alguien que no es para nada confiable, exponiendo a montones de inocentes en el camino. ¡Es sumamente estúpido!
Es como que tanto tutor como aprendiz no son muy dados a pensar ni razonar las cosas, a pesar que su trabajo requiere un poco de ambas. Y por culpa de ambos no pude disfrutar del todo este libro.
Me gustó más de lo que pueda sonar. De hecho no descarto leer aunque sea el segundo (es una serie bastante larga) y por supuesto voy a ver la película. Aunque por lo que se ve en los trailers… se inventaron el 99,9% de la trama, no vi nada que me recordara ni remotamente al libro (empezando porque Ben no tiene trece años como debería tener Tom). Incluso pregunté si no sería que adaptaron otro libro y no el primero, pero la respuesta de algunos lectores que han leído otros tomos fue que aparentemente no.
Me temo, me temo, que es otro intento de ser el próximo Harry Potter destinado al fracaso. Cuando una productora adapta un libro y de dicho libro solo conserva el nombre (mentira, le cambiaron el nombre también), entonces hay muchas chances de que no vaya bien.
En fin, una lectura entretenida e interesante, muy bien escrita, quiero recalcarlo: MUY BIEN ESCRITA, pero con un protagonista que podría mejorar. A pesar de eso, disfrutable y por alguna razón, memorable.