Viajeros de la noche es la segunda antología de ciencia ficción que recopila relatos del groso de George R.R. Martin. La primera de ellas es Una canción para Lya.

Esta antología no es mala, no me malinterpreten, pero sí tibia. No es tan intensa ni tan apasionada. No te deja cuestionándote todo, como la anterior, ni te transmite la misma cantidad de emociones. A veces, es cierto que las segundas partes no están tan buenas.

Tres cuentos me gustaron más que el resto, y solo uno no me gustó para nada. Aunque incluso ese tiene su venita fascinante. Ampliaré en breve.

La pluma de George es siempre soberbia, es un placer leerlo. Crea imágenes tan hermosas e impactantes que su universo le hace justicia al real, en lo intimidante, en lo bello y en lo cargado de misterios.

Estos cuentos no están acá para reconfortarte (aunque sí para maravillarte). Está vez no los sentí tan introspectivos y filosóficos, pero sí bastante críticos. En particular, noté mucha crítica a lo sagrado y también mucho resentimiento romántico. Muchos cuentos giran en torno a relaciones fallidas. Desconozco la vida de George, pero si me guió por estos cuentos, podría intuir que alguien tenía el corazón un poco roto.

Lo que más amé de la antología: a veces de forma sutil, otras directamente explicita, todos los relatos ocurren en el mismo universo. Eso es alucinante, me encantó. Le da una dimensión global al libro que te vuela la cabeza. El universo es tan basto y maravilloso que todas estas historias tienen lugar en él, pero sin estar relacionadas entre sí. Sin tocarse. 

Hermoso.

Hagamos un breve resumen :

La ciudad de piedra: esta es la historia de un explorador que siempre quiso llegar a las estrellas y recorrer todo el universo pero está estancado en un planeta de paso, sin que ninguna nave lo contrate para seguir viaje. Es desesperante, porque él está desesperado y la situación es asfixiante. Si lo analizas, tiene un mensaje potente sobre ambición, supongo. Y la atmósfera es increíble.

"Era un error pensar que todo el universo se rige por leyes comprensibles para nosotros".

El camino de la cruz y el dragón: uno de mis favoritos, pero polémico. Muy polémico. El protagonista es el encargado de castigar a quienes cometan un sacrilegio en nombre de la iglesia católica. Sin embargo, cuando lo envían a castigar al creador de una religión falsa, su propia fe se pone a prueba. Este cuento es excelente. Lo que plantea es excelente. SPOILER: *es una organización secreta que crea religiones falsas, ya que comprenden que es la fe lo que hace a las personas felices y mueve al mundo. Es tan milenaria, que básicamente establece que todas las religiones son fruto de esta secta*. Es una suerte de Los árboles mueren de pie, pero a nivel intergaláctico.

"Nuestras mentiras no son perfectas, claro está. Las verdades son demasiado grandes. Pero tal vez algún día encontremos una gran mentira adecuada para toda la humanidad. Hasta entonces iremos tirando a base de mil mentiras pequeñas"

Patrick Henry, Júpiter y la navecita de ladrillo: esta es la historia de un heredero caprichoso que, como ni la NASA ni Rusia aceptan llevarlo a la primera misión a Júpiter, decide crear su propia nave e ir él por su cuenta, con los resultados que podrán imaginar. Muy sarcástico, pero ni fu ni fa.

Aliados veloces: Este cuento me gustó bastante, se trata de un hombre con el corazón roto que tiene un plan bastante siniestro para lograr alcanzar las estrellas. Me encantó el concepto de aliados veloces, (son humanos que pasaron por un proceso muy peligroso para poder moverse por el universo) y me encantó el final, pero tiene muchos elementos que están al pepe.

"¿Para qué volar un avión si puedes ser un ave?"

Esta torre en cenizas: Una vez más, un hombre con el corazón roto se aisla en una torre alienígena, e intenta convencer a quien ahora es la pareja de su ex esposa de que no fumiguen -y así destruyan- la increíble vida silvestre que hay en aquel rincón del universo. Lindas imágenes, lindo tono, ni fu ni fa.

"Yo cultivo últimas voluntades. El arco le da a la presa una oportunidad".

El turno de la noche: Este fue el que menos me gustó, porque no pasa nada. Se trata de una noche en una empresa que se encarga de cargar y descargar naves intergalácticas. Es larguísimo, y todo es irrelevante. Si bien sí puede considerarse una crítica a muchas cosas, no es entretenido. Eso sí, es espacio es el espacio, y el espacio por George es genial, así que incluso cuando es el peor, ponerte a pensar en lo fascinante que sería trabajar en una estación de carga y descarga de naves espaciales está copado.

Hieles de la tierra: Una joven cree que está perdida cuando un vampiro asesina a su compañero mientras están atravesando un inverno muy potente, hasta que encuentra una nave cubierta de flores en mitad de la nada y la muerte, y allí la refugia una bruja que dice ser toda magia, y estarla esperando para convertirla en su aprendiz, sucesora y amante. Este cuento sí me gustó, aunque muchos de sus elementos me hacen ruido. Amé que George ya andaba manejando conceptos que después podemos encontrar en Juego de tronos, el invierno, sobre todo. Me recordó mucho, mucho, mucho a su saga más famosa el trato que le da y los enemigos que esconde.

"El Casal metálico se llamaba Casal Morgana, contó Tesenya a los niños, y la familia que allí vivía se llamaba Mentiroso, y su comida estaba hecha de sueños y aire".

Viajeros de la noche: Para ir tras una nave intergaláctica de una raza de leyenda que nadie ha visto jamás, una tripulación variopinta contrata al Viajero de la noche, la única nave dispuesta a llevarlos en tal impredecible misión. Sin embargo, hay algo extraño. El capitán de la nave solo aparece ante ellos como un fantasma, y sin lugar a dudas, esconde algo peligroso.

Está bueno, pero es bastante extenso y a veces inocuo. Me gustó el final, me gustó mucho el concepto de la raza de leyenda. Y aunque no me cerró del todo, es uno de los mejores de la antología.

"Llaman a los volcryn "el pueblo del abismo". Y lo que cuentan es tan hermoso, Royd... Hablan de naves oscuras, silenciosas, del tamaño de ciudades, que se mueven más despacio que el universo que las rodea".

En fin, si tengo que elegir entre sus antologías, me quedo con Una canción para Lya. Pero esta no está mal, para nada, y estoy 100% segura que las expectativas que me generó la primera hicieron que no fuera subjetiva con Viajeros de la noche. Por eso les recomiendo que le den una oportunidad.