Relato: Silencio

by - 23:11

¡¡¡Hola, holaaaaaaaaa!!!

¿Cómo andan? Yo muy bien, contenta porque después de muuuuuuuuucho tiempo les traigo un relato mío :D

Como les contaba por acá, estoy participando de BUAtales, un especie de club de escritura que se está formando en BUA (Blogueros Unidos Argentina).

En fin, llevaba mucho tiempo con esta idea en la cabeza, pero para no spoilearnos les voy a contar después cómo surgió. 

Es un cuento MUY dramático y sobre superhéroes, tema que me sacó al 100% de mi zona de confort y eso me encanta, porque siento que me ayuda a explorar nuevas facetas. La cuestión es que yo de superhéroes cero, lo más cercano que vi EN MI VIDA sobre este genero es Los Increíbles ^^U Y Megamente jaja También miraba la serie de los 60' de Batman cuando era chica, no sé si eso cuenta. Pero más que eso no, ahí se acaba mi contacto con la temática, ni siquiera vi todas esas pelis de Marvel que están de moda. 

No es mi género, no lo consumo, eso me da mucha inseguridad pero a la vez no es una historia típica así que me divertí haciéndola.

Me callo la boca (ustedes sabes que siempre escribo y escribo antes de los relatos porque si no lo justifico la autocritica me puede y no lo publico nada) y allá vamos.


SILENCIO



Créditos

Un arma, eso es lo que siempre he sido. Un arma de destrucción masiva.

No era necesario que me secuestraran y amordazaran para suponer una amenaza para mundo. Soy una por naturaleza, mi sola existencia debería hacer a toda la Tierra temblar y clamar por piedad. Porque… no estoy segura de ser buena persona y con tan solo abrir la boca podría acabar con el universo tal y como lo conocemos.

¿Cómo es que han sido tan inconscientes de permitirme vivir? Deberían haberme asesinado en cuanto llegué al instituto, siendo solo una niña. Hubiera sido lo más inteligente. ¿Será que entonces ya me temían? ¿Será que incluso las personas más nobles codician por dentro un poder como el mío?

Me dejaron vivir y me condenaron a un cautiverio peor que la muerte. Siempre en silencio, siempre custodiada, sin poder revelar jamás a nadie mi verdad porque en las manos equivocadas sería un arma mortal.

Y caí en ellas de todas formas.

Al principio, el consejo creó reglas nuevas por mi mera existencia, eso me halaga y me fastidia en partes iguales. ¿El castigo por no seguirlas? Una burbuja aislante e irrompible bajo tierra… y una mordaza. Es tan patético que algo así sea mi punto débil. Si abro la boca, soy el ser más poderoso de todo el universo, pero para volverme tan inútil como un vegetal solo hace falta algo que me impida hablar con claridad.

En fin, reglas. No puedo alterar el pasado, sé que esto vino por el incidente de los dinosaurios. Pero lo siento, no lo siento. Se estaban volviendo un tremendo fastidio y hemos evolucionado mucho mejor desde que decidí que era mejor que se extinguieran en los albores de la humanidad. Me regañaron, pero claramente nadie extraña los ataques de tiranosaurios a la hora del almuerzo, o me hubieran hecho regresar todo a la normalidad.

Tampoco puedo jugar con la vida y la muerte desde el Halloween que creí que un ataque zombie real sería divertido (¡y lo fue!). No puedo manipular la voluntad de las personas (¡con lo bien que me la estaba pasando con aquella imbécil que creía ser una cabra de monte!), intervenir con el tiempo y el espacio (¡perdón!, solo quería que el verano durara un poquito más. ¿Es eso pecado?), ni, básicamente, hacer nada que cambie la estructura del mundo y la vida en general (de todas formas, espero que disfruten la combinación pasto verde-cielo azul. La original era un espanto).

Es aburridísimo y completamente pretencioso esperar que alguien con mi poder pueda detenerse ante una sarta de reglas estúpidas. Podría hacer que se olviden de su existencia con solo abrir la boca. Pero elijo apegarme a ellas, porque quiero ser buena. No quiero que me teman. No quiero que me castiguen. Quiero ser tan normal como mi poder me lo permita. Porque lo odio. Odio ser un arma. Odio tener razón.

Y tengo razón siempre.

Mi poder es único, extraordinario y codiciado. Cualquier cosa que yo afirme será la verdad, así lo esté inventando, así sea imposible, así desafíe toda lógica y toda ciencia, o así altere el orden de la vida. Jamás me equivoco, aunque esté equivocada.

Siempre tengo razón aunque el universo entero deba colisionar para que así sea.

Sí, el helado gratis, permanente y a cualquier hora es fantástico. También cambiar el final de las películas si no me agradan (no, no voy a hacer que Jack quepa en la tabla. ¡Me da mucha risa!). Pero también es aburrido. Puedo obtener todo lo que desee y no hay nada que no pueda ser… excepto una chica libre y normal.

“No tengo poderes”, afirmé una vez y fui inmensamente feliz por un cuarto de hora. Hasta que solo por probar exclamé “Sí tengo poderes” y allí estaban de vuelta.

No solo son incordio, son mi cruz, mi karma, la causa por la que nunca podré confiar en nadie ni nadie confiará jamás en mí. Aquello por lo que nunca podré ser feliz. La causa por la que rara vez abro la boca. Porque a veces no puedo controlar lo que digo.

–¡Muérete! –le dije a los siete años al compañero molesto de mi clase y, acto seguido, brincó por la ventana del tercer piso. Grité tanto que no se me acercaran que les llevó tres días poder acercarse a mí y encerrarme en un instituto para “personas con capacidades como las mías”.

¿Como la mía? Ninguna.

Todos allí me temen y me lo he ganado.

Los guardias permanentes solo llegaron luego de que me enfureciera y decidiera que lo más práctico era que la persona que me hizo enojar nunca hubiera nacido. Y lo hice. Le arrebaté su existencia en un suspiro. Como jamás existió, nunca me hubieran descubierto, si no hubiera confesado ya que, súbitamente, me di cuenta que era peligrosa y repugnante, que no tenía dominio sobre mis poderes, que me estaba convirtiendo en un monstruo.

Confesé y me auto condené, pero la reclusión era sinónimo de paz mental. No podía convertirme en un monstruo estando amordazada, no puedo ser un dragón si soy mansa como un cordero.

Sin embargo, al volverme dócil volví a todos más confiados. Y pronto se fue la mordaza, mientras no abandonara la burbuja, ¿cuál podía ser el problema? Ellos ingenuamente lo creyeron y yo, aún más ingenua, dejé que lo creyeran.

El problema fue que hice un amigo.

H. tenía órdenes de no hablar conmigo, pero la curiosidad lo pudo pronto al ver que de la nada mi confinamiento se llenaba de golosinas, comodidades y electrodomésticos. Un día me excedí y lo convertí en un mini cine (¡Ey, no iba a perderme el estreno de la nueva temporada de mi serie favorita!).

Compartíamos comida poco sana, conversábamos tonterías y pasábamos las noches entre juegos de azar y maratones de cine. Jamás me preguntó sobre mis poderes, jamás tuve que utilizarlos para persuadirlo de ser mi amigo. Era maravilloso.

Hasta que se lo conté todo.

Él me había contado que su padre acaba de morir de cáncer. Que su mayor sueño era algún día ser descubierto y convertirse en estrella de Hollywood, aunque afirmaba no tener ningún talento. Que escribía poesía y aún lloraba por su perro de la infancia. Que mataría por su madre y su hermanita, y que estaba dispuesto a sacrificarlo todo por su bienestar. Había desnudado su alma, ¿cómo no iba a desnudar la mía? Mi poder es grande, pero no vale más que una vida.

En cuanto lo confesé nos atacaron. Alguien esperaba mi confirmación para atraparme y utilizarme...




Llevo días atada y amordazada en esta sucia celda y no puedo hacer nada al respecto. H. yace demasiado débil y en iguales condiciones en la celda de enfrente. No tengo idea de dónde estamos ni con qué nos noquearon.

–Escucha, princesa –dice el tipo, nuestro secuestrador, un reconocido político en campaña. Hace tres días que está intentando lavarme el cerebro, dándome instrucciones para cuando la mordaza se baje. Entonces deberé decir exactamente lo que él me ha indicado. El muy tarado pretende utilizarme para conquistar el mundo. Sí, el mundo. Aspira bajo, ¿no? Lo peor, es que conmigo de su lado puede hacerlo en un parpadeo y eso es lo que quiero que crea–. Llegó el día y, solo para asegurarnos, no quiero trucos.

Dos matones arrastran a H. hasta sus pies, me mira aterrado y trato de no sobresaltarme. Jefe y matones me dejan ver que poseen varios cuchillos mientras me sonríen con malicia. Creen que me tienen atrapada. Uno de los cuchillos se posiciona en la garganta de H. Siento que voy a vomitar, pero solo los miro con odio.

–Ahora voy a quitarte esa mordaza y dirás lo que ya sabes, o tu amiguito pagará las consecuencias. ¿Lo entiendes? –No respondo, solo lo miro con odio o mi plan jamás dará resultado. Lo siento, H. ¡Lo siento tanto! –. ¿Entendido?

Como no respondo me patea las costillas.

–Córtalo –le dice a uno de los matones, distinto al que sostiene el arma contra el cuello de mi amigo, mientras intento reincorporarme en el suelo. El hombre no titubea y, en solo una milésima de segundo, H. perdió su meñique y se retuerce de dolor.

Debo mantenerme firme.

–¿No lo entiendes aún? –dice, y otro dedo desaparece. Esta vez no puedo contenerme y un grito apagado intenta escapar de mi garganta–. Mientras te sigas pasando de lista, tu amiguito seguirá perdiendo partes hasta que ya no quede ninguna. Así que volveré a preguntarte. ¿Harás lo que te ordene?

Asiento y de alguna forma consigo que una lágrima melodramática corra por mi mejilla.

Solo por si acaso, vuelve a patearme.

–¿Me obedecerás? –asiento como maniática mientras me hago un ovillo en el suelo.

Los matones sostienen a H. con el cuchillo en la garganta, el jefe se acerca a mí, me ayuda a sentarme, cosa bastante inesperada ya que él fue quien me ha pateado y encerrado hasta que ya no pude sostenerme, y me arranca la cinta que cubre mi boca de un doloroso tirón.

I-LU-SO.

–Te… –comienzo, y puedo ver como todos a mi alrededor se tensan–. Te ob…

Finjo debilidad, me agito.

–¡Vamos! –me apura con la cara desencajada y los matones hacen presión sobre la piel de H. hasta que se desprende un leve hilito rojo.

–Lo siento –murmuro mirándolo a los ojos, y él niega enérgicamente con la cabeza, tanto que se hiere más con el arma que tiene en el cuello. Miro a los ojos al jefe, tengo que ser extremadamente rápida–. Te obede… ¡H. tú no estás aquí, estás sano y salvo junto a familia en un lugar en el que jamás volverán a encontrarte!

Lo veo desaparecer mientras aún se retuerce y sigue diciéndome que no lo haga con la cabeza. Se me encoge el corazón.

–¡Imbécil! –exclama el jefe dándome una bofetada. ¿Yo soy la imbécil? ¿YO SOY LA IMBECIL?

–Se alejarán todos de mí –digo entre dientes y los veo luchar contra mí poder mientras retroceden–. Tú, me darás ese cuchillo –le digo al matón que cortó los dedos de H. Se acerca a mí temblando como una hoja y me lo entrega. Esto es innecesario, podría simplemente afirmar que tengo un cuchillo en la mano y ya saben el resto, pero hacerlo del modo convencional me da una extraña satisfacción.

Están tan asustados que ni siquiera intentan huir, se quedan ahí mirándome aterrados, cagándose en sus pantalones, decididos a humillarse y clamar por piedad de ser necesario. Podría matarlos, no sería la primera vez. ¿Qué son estas lacras comparadas con niños inocentes? He extinguido especies enteras, ¿por qué tendría piedad con asesinos? Pero quiero hacer las cosas bien, quiero redimirme. No quiero ser un monstruo.

–Tú –le digo al jefe–. Mañana por la mañana harás públicas tus intenciones, confesarás tus crímenes y te pudrirás para siempre en una celda de máxima seguridad. No habrá soborno ni contacto que valga, morirás allá adentro. De viejo.

Sonrío mientras él se tira al suelo y llora con desesperación. Es patético, hace cinco minutos pretendía esclavizar a la humanidad y ahora llora como un niño al que le quitaron su juguete y lo rompieron.

–Ustedes también confesarán –les digo a los matones, que están pidiendo piedad desde que dicté la sentencia de su jefe–. Será la justicia en su caso quien determine su condena, pero será justa. Ambos recibirán lo que se merecen y pagaran por sus crímenes, por todos ellos.

Les sonrío como si acabara de darles una noticia estupenda.

–En cuanto a mí –digo levantando el cuchillo antes de que me falle la convicción–. Yo seré libre.

Sonrío y es maravilloso que aquellas sean mis últimas palabras. Sacó la lengua y la cerceno de mi boca sin detenerme a dudarlo.

Mientras la sangre comienza a fluir, no siento dolor, solo tranquilidad.

Tal vez muera desangrada. Tal vez me asesinen antes, en venganza por haberles arruinado su plan y haberlos condenado para siempre. Pero ya no soy un arma ni una amenaza. Ya nadie podrá utilizarme para hacer el mal ni viviré aterrada porque mis poderes me consuman.


Por primera vez en mi vida soy libre.





A mí me dolió más que a ustedes, sépanlo.

Me gusta esta historia, tengo que pulir cosas y siento que tiene algunos huecos, pero si ustedes no los notaron yo no voy a decírselos jaja Ya la mejoraré, que la publique acá no significa que sea la versión final, sino que quería cumplir con el plazo de la consigna :)

A la prota la amo. La amo, no tiene ni siquiera nombre pero amé este personaje, me hubiera gustado tener más tiempo para explorarlo más a fondo y poder conocerlo mejor ♥

Como les dije arriba, hacía AÑOS que tenía esta idea en mente pero nunca pensé en concretarla, menos en forma de relato.

¿Vieron la típica pregunta boba de "Si tuvieras un super poder, cuál sería"? Bueno, yo siempre dije lo mismo: tener razón siempre.

Es porque soy testaruda y competitiva, supongo jaja pero en mi cabeza era el poder entre poderes, porque era tener un millón de súperpoderes en uno. Teniendo siempre razón podía ser invisible, volar, leer mentes y todas esas respuestas que uno usualmente le da a esa pregunta de test de revista para chicas.

La cuestión es que hace un par de años (muchos menos que los que llevo contestando "tener razón") dije: "Pero sería una re mieeeeeeeeeerda tener siempre la razón" y ahí no más apareció esta chica marginada sin nombre en mi mente.

En fin, la historia de la historia.

Espero que les haya gustado, no sean muy duros conmigo y se unan a BUA para participar del relato del próximo mes ;)

Si quieren hacerme feliz, por acá encuentran más relatos míos. Me gusta mucho escribir cosas humorísticas, también me gusta experimentar y, como dije arriba, salir de mi zona de confort, así que hay una mezcla interesante de relatos :3

¡Buen miércoles! 

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15 comentarios

  1. PAREN LAS ROTATIVAS! Si mal no recuerdo también vi la primera peli de Kick-ass. Mi experiencia con los superheroes no para de crecer jajaja

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  2. Wao me ha gustado mucho, sin dudas tienes talento Meli
    Besote

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  3. WOW! PAREN EL MUNDO. Que poder más cool, desde ahora quiero ese. O sea lo primero que diria "Quiero ese libro. G R A T I S" y risa malevola ahr.

    ¡Me encanto! ¿no quedo claro? ME ENCANTO!

    Yo tambien hice un cuento para BUATales

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  4. Me gustó mucho tu historia y tu personaje! :) ¡Un final brutal! En Jessica Jones (una serie) el villano tiene superpoderes donde puede hacer que las personas hagan lo que él quiera. Pero no lo ve como una maldición...
    Esta vez no pude participar porque estaba con finales, pero lo hare la proxima :D

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  5. ¡Me gustó muchísimo tu relato! Como vos dijiste, habrá detalles qué pulir, pero tenés una idea central muy atractiva para una gran historia.

    (Entre paréntesis, hace unos días escribí una historia superheroica, pero dejé colgadas un montón de cosas en la narración y al cabo de unos días me disgustó el resultado.)

    Uno de los aspectos más interesantes de tu cuento es que le agregás una importante cuota de humor que le da personalidad a tu personaje y a la historia en sí (en el cómic de 'Kick Ass' hay mucho humor, y mucha, mucha sangre); además, introducís un punto de vista muy filosófico cuando la narradora se compara con un arma. Hay cómics que exploran mucho cómo se sienten los héroes con sus poderes y cómo estos les impiden relacionarse con los demás.

    Y, además, transformás el personaje en una especie de símbolo: sus habilidades representan el poder que tienen las palabras sobre los hombres, y cómo las palabras pueden transformar (para bien o para mal) el mundo.

    Me voy a hacer un tiempo para leer el resto de tu producción, porque me gustó mucho leerte; y si hago énfasis en los aspectos positivos de 'Silencio', es porque los puntos fuertes de tu estilo están allí: humor, acción, personajes cálidos y carismáticos, una gran idea y miles de posibilidades. :D

    ¡Uy, si mi comentario quedó largo! ¡Saludos! ^_^

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  6. Hay meli! Realmente me gusto mucho y desearia que desarrollaras más la historia. Me lo imagine todo en blanco y negro (?
    Posiblemente el mes que viene me una al BUAtales ya que hay algunas ideas que me vienen acosando (?

    Abrazote!

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  7. Hola Meli!
    Bueno, definitivamente después de leer varios relatos tuyos llegué a la conclusión de que adoro a tus personajes.
    Me gustó esa picardia que tiene (me mató lo de Jack y la tabla). Y el final fue triste, pero entendible.
    Está bueno salir de lo conocido y que termine resultando una experiencia copada. Así que te felicito porque te quedo muy bueno el relato.
    Adoro las pelis de Kickass! Aunque son super héroes medio truchos.

    Que andes bien.

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  8. Hola Meli! Me gustó mucho el relato ♥ al principio flashee que sería como Shatter Me donde la prota esta encerrada porque tiene un poder peligroso.. pero tu prota es más peligrosa :P Me gustó mucho el humor y sus pensamientos internos (duh siempre son internos lo que quiero decir sería sus conversaciones consigo misma? tampoco.. su forma de hablar con el lector. Eso) Me gustó el final! aunque la imagen no es muy linda xD cuando leí dinosaurios quedé what? es inmortal? supongo que si dice que vivirá por siempre será cierto (?) Me gusta la idea del BUAtales aunque hace mucho que no escribo y nunca probé hacer relatos cortos. Hice uno en un taller de escritura el año pasado podría subirlo a ver su opinión.
    Un beeeso

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  9. SUPERHÉROES! (salta del aciento, trepa la reja, se arroja del primer piso, se va volando al horizonte donde no hay sol). Me gustó la premisa, ¿pulirla? Tendría que leerla varias veces para buscar una opinión más completa, pero me da Síndrome de Extrema Vagancia (?).
    Ahora con un poder como ese podría tener mi Panavision de u$120.000 con un set completo de lentes...

    Saludos!

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  10. Decir que me gusto es poco. Creo que hiciste lo que casi nadie puede hacer y es ser original en un tema muy usado jajaja, el superpoder que creaste es muy wow y la idea da para tanto jajaja no se ya me imagine un libro, una serie o una película jajaja. Besos

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  11. Meli! Esta historia estuve genial! Me encanto el personaje femenino y me causo gracia su humor.
    El final fue genial, y fue la mejor decisión.
    La prota, por su parte, me hizo recordar a alguien que conozco (sin el poder peligroso obviamente xD) así que me causo ternura leerla.

    Nos vemoos!

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  12. Mucho aire de anime en esta historia. Me encantó y con el final más violento que he leído de entre tus relatos. Tu personaje me recordó mucho a Elfen Lied. Saluditos Meli.

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  13. Me encantó Meli! Nunca se me había ocurrido ese poder, sería muy útil (y peligroso obviamente). Arrancó y me imaginé a la prota con un poder poderoso, pero no algo así. Este es muchiiiisimo mejor. También me gustó mucho que hable con el lector y su humor. Me quedo con ganas de más, es una idea muy original. Y ese final, dios, es perfectamente doloroso.

    Abrazo (:

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  14. Ay! Me encanto. Jajajaja imagine que era una bomba( en el inició) pero nada que ver. Omg. Genial. Pero H... No volvieron a verse? Espero que tengas una conti por que necesito saber cómo esta él y sí ella sobrevivio siendo libre.
    Gracias por el relato n.n

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    Respuestas
    1. La verdad, es que no sé si sobrevivió y me gusta que eso sea una incógnita, incluso para mí.
      En cuanto a H. de eso sí estoy 100% convencida de que no, esa fue su abrupta despedida para siempre (de hecho, en mi cabeza, él prácticamente se despierta (???) en otra vida, con su familia en un país distinto, sin saber que las cosas no siempre fueron así. No lo desarrollé porque no me pareció necesario, pero es una pregunta que sí puedo responder esa jaja).

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