Titulo: Mientras las princesas duermen
Titulo original: While Beauty Slept
Autor: Elizabeth Blackwell
Genero: Drama, histórico
Reseña:
Cuando Elise escucha a su nieta mayor contarle la leyenda de princesa que durmió por cien años a los más pequeños antes de dormir, decide que es hora de confesarle a alguien la verdadera historia.
Al principio es extraño, estamos tan acostumbrados a los cuentos de hadas que es difícil de concebir una versión sin brujas, magia y fantasía. Sin embargo, la historia no necesita de pases mágicos para atraparnos por completo.
Mientras las princesas duermen es un libro duro, pero precioso, de esos que nos emocionan hasta las lágrimas y se ganan un puesto en el estante de favoritos.
Acá no hay brujas, hay ancianas manipuladoras y resentidas. No hay hadas, hay damas de compañía. No hay maldiciones, hay enfermedad y venganza. Y los besos no los dan necesariamente los príncipes.
La historia está colmada de drama desde el inicio, y -al igual que toda historia basada en otra que ya conocemos-, incluso aquellos momentos de felicidad plena están oscurecidos por la desgracia que sabemos que vendrá. Eso, sumado a que la relatora no deja de recordarnos que pronto vendrá algo malo, le da mucho dramatismo y oscuridad a la trama.
Algo que me resultó original y también aporta mucho drama, es que sea Elise, una pobre campesina huérfana que se convierte en criada de la reina, quien narrara la historia. Estamos acostumbrados a que los cuentos de hadas giren en torno a la desdichada princesa, no que sean desde el punto de vista de los criados. Esto le da otra dimensión, muy rica y realista, a la historia.
Fue una lectura que disfruté de principio a fin, aunque -si bien me gustó y sorprendió- no sé si estoy realmente de acuerdo con el final inesperado. Sin dar detalles, solo diré que muchas personas sacrificaron su vida para que Rose llegara a gobernar y para que el reino se salvara, y siento que todo fue en vano, la princesa se toma con demasiada liviandad el legado de sus padres, le falta nobleza y honor.
Me gusto mucho que contara con un epilogo que cuenta lo que pasó después, los cuentos terminan en el final feliz, la vida, en cambio, sigue, y fue un gran detalle conocer los pormenores de lo que ocurrió luego de que la princesa se despertara.
Nunca había leído un retelling realista, y fue una gran experiencia. Porque los cuentos de hadas y la vida real no van de la mano, y si bien estamos ante un felices por siempre, todo está cubierto de una película de realidad que le da un toque agridulce, y es lo que hace a la historia memorable.
Titulo original: While Beauty Slept
Autor: Elizabeth Blackwell
Genero: Drama, histórico
Reseña:
Una nueva visión realista de la historia de La Bella Durmiente protagonizada por una de las criadas.
Bastan cincuenta años para que las intrigas de palacio se conviertan en un cuento de hadas repleto de conjuros, princesas malditas y castillos encantados, y eso fue lo que pasó con La bella durmiente. Bien lo sabe Elise Dalriss, una humilde anciana que durante su juventud trabajó como dama de compañía de la taciturna reina Leonore y cuidó de su hija, la princesa Rose, de quien ahora los juglares dicen que durmió durante cien años.
«¡Ja! Sería un truco realmente hábil derribar a la hija del rey con un huso y verla revivir con un simple beso. A otros con esa historia...», exclama Elise, protagonista de esta peculiar versión de La bella durmiente, una novela que está muy cerca de las debilidades humanas y muy lejos de las versiones edulcoradas del cuento. El afán de poder, las conspiraciones y el mal amor son ingredientes vitales en esta espléndida historia de mujeres que no quisieron quedarse quietas mientras esperaban la llegada del príncipe azul.
Cuando Elise escucha a su nieta mayor contarle la leyenda de princesa que durmió por cien años a los más pequeños antes de dormir, decide que es hora de confesarle a alguien la verdadera historia.
Al principio es extraño, estamos tan acostumbrados a los cuentos de hadas que es difícil de concebir una versión sin brujas, magia y fantasía. Sin embargo, la historia no necesita de pases mágicos para atraparnos por completo.
Mientras las princesas duermen es un libro duro, pero precioso, de esos que nos emocionan hasta las lágrimas y se ganan un puesto en el estante de favoritos.
Acá no hay brujas, hay ancianas manipuladoras y resentidas. No hay hadas, hay damas de compañía. No hay maldiciones, hay enfermedad y venganza. Y los besos no los dan necesariamente los príncipes.
La historia está colmada de drama desde el inicio, y -al igual que toda historia basada en otra que ya conocemos-, incluso aquellos momentos de felicidad plena están oscurecidos por la desgracia que sabemos que vendrá. Eso, sumado a que la relatora no deja de recordarnos que pronto vendrá algo malo, le da mucho dramatismo y oscuridad a la trama.
Algo que me resultó original y también aporta mucho drama, es que sea Elise, una pobre campesina huérfana que se convierte en criada de la reina, quien narrara la historia. Estamos acostumbrados a que los cuentos de hadas giren en torno a la desdichada princesa, no que sean desde el punto de vista de los criados. Esto le da otra dimensión, muy rica y realista, a la historia.
Fue una lectura que disfruté de principio a fin, aunque -si bien me gustó y sorprendió- no sé si estoy realmente de acuerdo con el final inesperado. Sin dar detalles, solo diré que muchas personas sacrificaron su vida para que Rose llegara a gobernar y para que el reino se salvara, y siento que todo fue en vano, la princesa se toma con demasiada liviandad el legado de sus padres, le falta nobleza y honor.
Me gusto mucho que contara con un epilogo que cuenta lo que pasó después, los cuentos terminan en el final feliz, la vida, en cambio, sigue, y fue un gran detalle conocer los pormenores de lo que ocurrió luego de que la princesa se despertara.
Nunca había leído un retelling realista, y fue una gran experiencia. Porque los cuentos de hadas y la vida real no van de la mano, y si bien estamos ante un felices por siempre, todo está cubierto de una película de realidad que le da un toque agridulce, y es lo que hace a la historia memorable.